Entre lo más llamativo de la nueva ordenanza municipal de limpieza urbana presentada ayer en Cort está la prohibición explícita de dar de comer a los animales en plena vía pública, lo que equivale a decir que ya no será posible dar de comer a las palomas de la Plaza de España, lo que puede ser sancionado con hasta 300 euros, ya que el regidor de Medi Ambient, Antoni Nadal, considera que las palomas «sí representan una buena imagen ciudadana, pero no el darles de comer», como se hace en todas partes del mundo. A pesar de que el de los excrementos de los perros en la vía pública lo considera Nadal como «uno de los más graves», en materia de limpieza urbana, y a pesar de las muchas campañas que, como esta, ha venido anunciando repetida e ineficazmente el Ajuntament de Palma, en el año 2001 sólo se abrieron 22 expedientes de infracción y 17 en el 2002, por este motivo, lo que puede ser el exponente más tangible de la poca coordinación con la Policía local, que ahora se pretende corregir con las nuevas ordenanzas municipales.
Nadal y la regidora de Sanitat, Marina Sans, que también presentó la ordenanza para animales de compañía, insistieron que la elevación de las sanciones no suponía la sustancia del reglamento que presentaron ayer, «ni tampoco ir contra el ciudadano con medidas represoras, sino a su favor», y expresaron la necesidad de que el «ciudadano se implique directamente».
En el 2002, se instruyeron 1068 expedientes, por obras, publicidad, residuos, etc, lo que no equivale a decir que todos ellos culminaron en sanción, el concejal no conocía este dato ni la cantidad económica total de las posibles multas. Se anunció que se aumentará el número de controladores medioambientales, y que de los 16 actuales se pasará a 40, aunque tampoco supo decir Nadal el presupuesto que deberá destinarse.