Durante la mañana de ayer, las hermanas Estarás concidieron en un acto oficial. Sucedió en la sede de la Presidencia del Govern balear. Rosa, vicepresidenta del Govern, disertaba, y Francisca, jefa de Alta Inspección Educativa de Balears (cargo dependiente del MEC), y licenciada en Filología Clásica, escuchaba atentamente, como embelesada.
-Por lo que tenemos entendido -le decimos a Francisca-
usted es profesora de Latín y de Griego, y además feliz viendo que
estas lenguas han vuelto a los institutos. ¿Me
equivoco?
-En absoluto. Y la verdad es que ésa es una buena noticia.
-Es cierto que en casa hablan castellano, por su marido,
que es castellano parlante, y catalán, por sus hijas, que además
hablan castellano?
-Sí. Él es castellanoparlante y además profesor de Lengua y
Literatura castellana. Con él hablo en castellano y con las niñas
en catalán y castellano.
-Y ya puestos, ¿no les habla en latín?
-A eso no hemos llegado todavía.
-¿Rosa y usted se llevaron siempre bien, de
pequeñas?
-Entre ambas hay un año de diferencia. Yo soy la mayor. Y siempre
nos hemos llevado muy bien. Siempre hemos estudiado mucho. En
muchos aspectos, nuestra trayectoria ha sido muy paralela, y
siempre nos hemos apoyado, lo cual se ha traducido en una relación
excelente.
-¿Cuándo descubrió el Latín?
-En segundo de BUP. Y en tercero comencé con el griego. Como vi que
tenía facilidad en aprenderlos, decidí estudiar Filología.
-¿Cuando eran jovencitas, alguna vez hicieron novillos
para asistir al concierto de sus cantantes
preferidos?
-La verdad es que Rosa y yo éramos de esas estudiantes
responsables, modélicas, entregadas a los libros, con muy buenas
notas. Alguien dirá que suena a repelente. Pues no; era así.
-¿Dónde estudiaron?
-En el Juan Alcover hicimos Bachillerato y COU, y en Barcelona la
carrera.
-¿Eran tiempos en que los alumnos, y padres de alumnos,
comenzaban a agredir a los profesores... o todavía
no?
-Todavía no.
-¿Qué opina de que de no cambiar las cosas, pronto los
profesores tendrán que ir a sus centros con casco y coraza para
defender su integridad?
-Cuando yo estudiaba, de lo cual no ha transcurrido excesivo
tiempo, había un gran respeto hacia el profesor que ahora se ha
perdido totalmente. No está mal que haya una relación de más
cercanía entre profesores y alumnos, pero sin pasarse.
-Supongamos que a Matas le hacen ministro. ¿Será Rosa la
presidenta del Govern?
-Yo no lo sé. Eso no son más que simples conjeturas de la gente. Lo
que está claro es que Matas es el presidente y ella la
vicepresidenta.
-No se enfade con la pregunta que le voy a hacer, pero
se dice que se enfada cada vez que la señalan como «la hermana de
Rosa Estarás».
-Pues mire, siempre he sido «la hermana de Rosa Estarás». Pero
resulta que yo tengo mi carrera y Rosa tienen la suya. ¿Y qué
pasa... que por el hecho de ser su hermana no tengo derecho a nada?
Soy profesora de latín desde hace 16 años y hasta ahora a nadie le
ha importado que sea la hermana de Rosa.
-Observamos que en el acto de hoy -ayer, para el lector-
escuchaba usted muy atentamente a su hermana.
-Cada vez que habla Rosa me emociono. Creo que lo hace muy bien, la
verdad.
Pedro Prieto