Las parroquias de Mallorca acumulan una deuda de 6.811.733 euros en concepto de obras de rehabilitación de los templos, según anunció ayer el administrador diocesano, Andreu Genovart, durante la presentación de la situación económica de la Iglesia mallorquina.
Genovart compareció junto a Joan Servera, delegado general de Asuntos Económicos, y Pere Torres, ecónomo diocesano, aprovechando la celebración, el 16, del Día de la Iglesia Diocesana.
Servera reconoció que las colectas de ese día han ido disminuyendo, algo que justificó con la llegada del euro y «en casos como Gescartera o escándalos sexuales protagonizan miembros de la Iglesia y que, aunque suceden lejos de Mallorca, también aquí sufrimos las consecuencias», especificó.
Respecto a la situación económica de la Iglesia, hay que distinguir entre las cuentas del Obispado o Administración Diocesana y las de las Administraciones Parroquiales.
La primera de ellas, presenta unas cuentas saneadas, con 4.234.658 euros de ingresos y 4.037.010 euros de gastos.
«La Diócesis ajusta sus actuaciones al presupuesto que tiene; por eso no hay número rojos, lo cual no quiere decir que se podría hacer más si hubiera dinero», matizó.