ABTA se despidió de Mallorca con fuegos artificiales. No podía ser
de otro modo. Y a tenor de lo que vimos, los congresistas, que se
marchan contentos por los días vividos en Palma, disfrutaron con
tal espectacular cierre.
Al igual que para Sant Sebastià, se encargó del montaje de todo
este tinglado la empresa de Cheste, Garuda SA, cuyo responsable es
Juan Vicente Jurado. Todo quedó instalado en el muelle viejo,
frente al Auditòrium, que es donde ABTA había plantado la carpa en
la que momentos antes los congresistas habían cenado. Sin duda, uno
de los instantes más esperados fue cuando irrumpió en el cielo de
Palma la fuente de Versalles, «algo que los mallorquines ya han
visto en otras ocasiones pero que como sabemos que cada vez ha
gustado mucho, se lo propusimos al Ajuntament con la idea de que a
los de ABTA les interesara», nos dijo Jurado, cosa que así sucedió,
pues las mayores muestras de admiración llegaron precisamente en
ese instante. Tampoco estuvieron nada mal las «perlas blancas»,
sucesivas explosiones de color blanco que se multiplicaban en el
espacio, ni las «multicolores», parecidas a las anteriores aunque
de diversos colores, ni el «acuático», que tras caer en el mar,
emergen hacia el cielo dejando una estela de colores. Para la
elaboración de estos castillos (algo inferiores a los de Sant
Sebastià), que provocaron algún que otro sustillo entre los
ciudadanos, se utilizaron 1.500 kilos de sustancia explosiva que
son las que dan el colorido, entre otros nitrato de bario,
percloratos, nitrato de cobre, etc.
P.P.
Mucho fuego en la bahía
Un impresionante castillo de fuegos artificiales de 1.500 kilos de potencia despidió a los congresistas de ABTA