Un primero de noviembre más, miles de ciudadanos -se calcula que entre ayer y hoy sumarán más de 100.000-, acudieron al cementerio de Palma, así como a los de los pueblos de Sant Jordi y Establiments, ubicados también en el término municipal de Ciutat. La Corporación, presidida por la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, y formada por representantes del PP, PSIB-PSOE, EU-EV y PSM-EN, visitó, como viene siendo tradicional, los tres cementerios.
Tras el temporal del pasado viernes, el día de ayer amaneció algo indeciso y, de hecho, llegó a llover con cierta intensidad en algunos momentos de la mañana. Sol y lluvia se alternaban, por lo que favorecieron la aparición del arco iris en varios momentos. No obstante, el sol empezó a lucir ya sin interrupciones a última hora de la mañana.
Los actos principales tuvieron lugar en el camposanto de Palma, donde la Corporación dejó coronas de flores en el espacio dedicado a las «Víctimes per a la llibertat», en el panteón del Cos de Bombers, en la fosa común antigua y en la fosa común nueva. En todos estos espacios se rezó en recuerdo de los ausentes. Por primera vez desde la llegada de la democracia, un primer edil, en este caso Cirer, visitó las catacumbas del cementerio. La alcaldesa señaló que en breve serán debidamente acondicionadas, sobre todo con una importante mejora de la iluminación, y también recordó que el cementerio de Sant Jordi será ampliado en breve, «para poder cubrir sus necesidades en los próximos veinte años».
A las doce del mediodía se celebró el acto ecuménico, en el que participaron el delegado diocesano para las Relaciones Interconfesionales, Llorenç Alcina, así como los representantes de la Comunidad hebraica (Benjamin Klein), de la Iglesia anglicana (Robert Ellis), la Iglesia evangélica alemana (Andreas Ahnert), la Iglesia luterana sueca (Per Thelendar), la Comunidad católica alemana (Robert Kramer), la Comunidad budista (Mireia Viñes) y la Comunidad baha'i (Ana Morales). Todos abogaron por la paz y por la necesidad de un mundo más abierto al diálogo.En el mismo sentido se pronunció la alcaldesa de Palma, que destacó los valores positivos y enriquecedores de la pluralidad de ideas, creencias y procedencias en la ciudad y en la Isla.