La primera promoción será de cien policías (que saldrá, probablemente, en mayo) pero la idea del Govern es llegar a cuatrocientos o a cubrir las necesidades de los ayuntamientos. Según el conseller, ningún ayuntamiento, rechaza de entrada este nuevo cuerpo policial. Rodríguez aludió a «los míos» para referirse a los consistorios del PP, lo que provocó una dura réplica del socialista Antoni Diéguez, que le interpelaba en esta materia. Diéguez descalificó esta propuesta e ironizó sobre las funciones reales de este nuevo cuerpo. Dijo que los agentes no pasaría de ser meros «guías turísticos» y pronosticó que no iba a notarse ninguna mejora en la seguridad. Además ironizó sobre la temporalidad de su trabajo y afirmó que «lo que hace el Govern es crear una policía de fijos discontinuos».
Asimismo, Diéguez reprochó al conseller de Interior que diferenciase los distintos municipios de las islas con términos como «los míos y los suyos», terminología que Rodríguez rechazó como muestra de «menosprecio» y argumentó su utilización por el hecho de que las instituciones estén gobernadas por partidos políticos. El representante socialista descalificó además el proyecto por considerar que se trataba de «una operación de imagen», con un importante porcentaje de rotación en los puestos de trabajo de nueva creación. Respecto a la formación de los nuevos agentes, el conseller indicó que se les exigiría castellano, catalán e inglés y que, en algunas zonas, deberían conocer el alemán. Todos los grupos, salvo UM que no intervino, descalificaron la propuesta.
Asi intervino en otro de los debates que marcaron la sesión plenaria de ayer -presidida por Joan Marí Tur, por la participación de Pere Rotger en una reunión de Asambleas Legislativas- y, para sorpresa del PP, votó con el resto de partidos, pese a que la mayoría absoluta de la que dispone el PP en la Cámara impidió que se aprobara. Partiendo de una iniciativa del PSOE, y que defendió la diputada Aina Calvo, todos los partidos (salvo el PP) propusieron «medidas y criterios» para «zonas educativas que requieran una atención especial». Se trata de «mimar» económicamente a los colegios de zonas conflictivas de Balears donde, por ejemplo, hay una fuerte presencia de inmigrantes o alumnos con problemas.