Otro mes más -hasta que se abra formalmente el proceso para designar al candidato a las generales- es el que se ha dado Francesc Antich para atajar la crisis del partido en las Islas y para resolver definitivamente sobre la oferta de Zapatero para encabezar la lista a las generales o (esa es otra posibilidad) dejarlo todo y no presentarse como secretario general en el próximo congreso.
Ayer fue un día de vértigo en el PSOE balear, con conversaciones telefónicas a varias bandas y con una reunión entre Antich, Damià Cánoves, Francina Armengol y los secretarios insulares de Menorca y de Eivissa. La reunión de produjo por la tarde, cuando Antich regresó de Madrid, donde se vió con José Luis Rodríguez Zapatero, a quien informó de la situación del partido y de las reacciones que se suscitaron al trascender que estaba considerando la oferta que le hizo el pasado día 26 para ser el número uno a las generales.
El secretario general del PSIB ya conversó de este asunto con el líder federal el pasado viernes, cuando Ultima Hora reveló la oferta. Durante este fin de semana, Antich escuchó opiniones a favor y en contra. La mayoría de los cargos le instaron a no dejarlo. Lo que le plantearon fue que, antes, diera un «golpe sobre la mesa».