TORRES BLASCO/JUAN MESTRE
Recorte general de gastos, cierre de algunas sedes, búsqueda de nuevas fórmulas de financiación, renegociación de créditos y -en algunos casos- reducción de personal son las medidas que tan tenido que adoptar los partidos que durante los pasados cuatro años gobernaron en las Islas. De momento, y por ser una organización federada de carácter estatal, el PSOE balear dice ser el partido que menos medidas drásticas ha tenido que tomar. Pero ya han notado la crisis. Por ejemplo, han comenzado a suprimirse algunos gastos.
En el caso de los socialistas, los derivados de la Fundació Gabriel Alomar. Algunos contratos han vencido y no se renovarán mientras que su responsable, Aina Calvo, cobrará su sueldo del Parlament y no tendrá remuneración específica. Damià Cánoves calcula que el presupuesto del partido se habrá reducido en un 12%. Cuando el PSOE gobernaba, los cargos aportaban globalmente un millón de pesetas. «Lo que tendremos que hacer es gastar menos», dijo. Para el PSOE, como para el resto de grupos, resultan imprescindibles las cantidades que abonan las instituciones (Parlament, Consell y Ayuntamiento de Palma) para pagar a su administrativos y secretarios de grupo.
El PSM, por ejemplo, decidió proponer a sus principales dirigentes, Mateu Morro y Joan Antoni Salas, como «administrativos» o secretarios de grupo. Mateu Morro, secretario general y ex conseller, es el nuevo secretario del grupo parlamentario. De cara a las próxima campaña electoral, los nacionalistas del PSM ya han comenzado a renegociar créditos bancarios. Además han tenido que cerrar algunas sedes (Andratx y Campos) y mudarse a otras. Es lo que ha ocurrido en Inca o en Palma. Poco antes de la campaña electoral se inauguró una sede específica para Palma (al margen de la central) que han tenido que dejar para trasladarse a otra.