A las 10 de la mañana de ayer sábado, desde la Plaça de la Constitució de Sóller, partieron hacia Lluc un total de 80 marchaires y una treintena de bísties, entre caballos, mulos, y someras, además de seis carros que también se sumaron al evento, y que subieron por la carretera del Puig Major. El recorrido: subida por el Barranc de Biniaraix, l'Ofre y Font des Noguer, a donde llegaron sobre las 11.30 horas de la mañana y en donde se degustó una exquisita merienda, en la que no faltaron las exquisitas sopes mallorquines, y efrit. Tras reponer fuerzas reanudaron la marcha a través del Cami de Son Nebot, Escorca, llegando al monasterio de Lluc sobre las 17 horas, lugar donde les esperaba otra suculenta merienda y la visita a la Virgen. Ya por la noche todos disfrutaron de una cena de germanó.
El regreso a Sóller se ha iniciado a primeras horas de hoy domingo, con la previsión de llegar sobre las seis de la tarde. Un bonito espectáculo se podía contemplar ayer por la mañana a la llegada al embalse de Cúber; hermosos caballos mallorquines, montados por sus propietarios, jóvenes y adultos, algunos de los cuales iban cuidando de los pequeños asnos presentes.
Esta marcha tradicional, recuperada ahora hace once años conlleva serio peligro de desaparecer, tal cómo comentó ayer Julià Coll, responsable de la organización, «todo los problemas burocráticos que cada día son más exigentes a la hora de poner en funcionamiento la marcha; cada vez son más los papeles a rellenar, y cada vez es más elevado el coste, por lo que nos estamos planteando dejarlo. Y es una lástima, basta ver el éxito que tiene».
María Vázquez