En aproximadamente tres meses Claudia Schiffer tendrá su torre -la de Cap Andritxol- completamente remozada, ya que en estos momentos se está ultimando la recuperación de piedras que habían caído de parapetos y cañoneras, un trabajo muy meticuloso pues se trata de recoger las piezas desprendidas y que se encuentran esparcidas en el suelo que rodea la fortificación, clasificarlas y, como si se tratara de recomponer un puzzle, colocarlas en su lugar de origen. Entre una cosa y otra, la remodelación de la Torre de Cap Andritxol, según nos confirman desde el despacho del arquitecto Juan González de Chaves, que es quien está realizando esta obra, ejecutada por la empresa Baltyc y el equipo técnico de Denario, se habrá llevado a cabo en unos ocho meses. Un tiempo récord, sin duda, porque no sólo es recomponerla en su parte externa, sino también en su interior, que es una bóveda, al que se va a dotar de puertas y nuevos pavimentos. En dicha bóveda hay una pequeña entrada que se comunica con la parte de arriba de la torre. A ras del suelo, en su parte exterior, existen dos casetas que por lo visto fueron apriscos de animales que también se van a reconstruir, pues las piezas siguen estando allí. La Torre des Cap Andritxol, situada a unos 180 metros sobre el nivel del mar -según cuenta Juan González de Chaves Alemany en «Fortificaciones costeras de Mallorca»-, es cilíndrica, con una cámara principal y una terraza superior que con el paso de los años sufrió varias modificaciones. El acceso a la torre se hace a través de una puerta situada a unos cuatro metros del suelo. En la parte superior se supone que había una especie de parapeto; posteriormente se instalaron dos cañoneras que apuntaban hacia Camp de Mar, más una tercera mirando hacia Peguera. Construida como torre de señales en 1580, es en 1597 torre de defensa, pues según se relata, un visitante llamado Benito Verger, acompañado del guía Pedro Sans, encontró en la torre a Juan Jofre (alias Rey) que tenía allí un pieza de hierro cargada, con la cuñera, culera y atacador en perfecto estado, además de dos mosquetes con sus aparejos, moldes y una libra de mecha; en 1690, tiene un solo cañón, que es de 8 libras de bala; en 1825 tiene dos piezas de hierro, una de 4 y otra de 8 libras de bala; en 1850 su estado es bastante deplorable -un poco menos del que mostraba cuando la Schiffer la adquirió-, tanto que clama una urgente reparación que no ha lugar, pues 17 años más tarde, el Estado, por Real Decreto, la vende a Hacienda por 2.600 pesetas. La pregunta del millón está en si el público podrá visitar dicha torre, lo cual entendemos que dependerá de la propiedad de la finca en la que se encuentra, que tampoco podrá construir nada más a su alrededor, ni adosado a ella ni separado.
Pedro Prieto