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Los cien días de Cirer

La labor de la alcaldesa de Palma ofrece, hasta ahora, un amplio margen para confiar en ella y en su equipo

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En la Diada de Mallorca del pasado 12 de septiembre, la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar, inició su discurso haciendo una cabalística referencia a la magia y al misterio que encierra el número siete, al conmemorarse, precisamente este año, la séptima Diada de Mallorca. La simbología y el enigma de los números, que desde la Antigüedad ha preocupado a los más insignes filósofos y matemáticos, también parece preocupar desde hace varias legislaturas a los políticos isleños, que parecen tener una especial fijación por la aritmética, sobre todo cuando se trata de sumar el número de concejales y de diputados con los que es posible contar o de estudiar las combinaciones posibles para poder obtener una mayoría estable.

Para Cirer, si hay un número mágico éste es sin duda el 15, ya que es el número de concejales que obtuvo el PP en las elecciones municipales del pasado 25 de mayo y que le otorgó la mayoría absoluta con que ahora cuenta, frente a los 14 concejales obtenidos por los partidos de la oposición. Precisamente mañana se cumplen 100 días de su investidura como alcaldesa de Palma, cifra especialmente querida, en este caso por los periodistas, para hacer un primer balance de la labor desarrollada por un cargo electo. Este hábito, procedente de Estados Unidos, viene practicándose en dicho país desde hace tiempo, para hacer una valoración de los cien primeros días de actuación de sus sucesivos presidentes.

Cirer dispone todavía de casi cuatro años para cumplir el programa y el contrato con el que se presentó a los ciudadanos, pero en algunos casos necesitará un poquito más de tiempo, como, por ejemplo, en la culminación del proyecto de la futura Falca Verda, que no estará concluida hasta 2014, o en el proyecto de soterramiento del Passeig Marítim, que el portavoz de EU-EV en el Ajuntament de Palma, Eberhard Grosske, ha calificado ya de «obra faraónica». Confiemos en que el concejal rojiverde esté equivocado y en que las obras de soterramiento duren algo menos que la construcción de determinadas pirámides.
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