Casi 20 mil pasajeros, concretamente 19.189 personas, se subieron al bus turístico que recorre Ciutat durante el mes de agosto. Unos con más suerte que otros, puesto que cuando alguien desconoce el lugar en donde se encuentra, se cree lo que le cuentan y otros, por el contrario, conociendo Palma, se quedan atónitos con lo que se escucha por megafónía. Para los residentes y poseedores dela tarjeta ciudadana, el paseo sale gratis. Si por el contrario se olvida del DNI, no lleva la tarjeta o es turista, el precio es 13 euros por persona. El recorrido se inicia en es Moll Vell, dirección Plaça la Reina, Joan Carles I, Rambles, Plaça Espanya, Avinguda Alexandre Rosselló, Avinguda Gabriel Alomar i Vilallonga, Avinguda Gabriel Roca. También se puede optar por hacer un recorrido largo que incluye Pueblo Español y Castell de Bellver, o seguir con el recorrido general que pasa por Plaça Gomila, Joan Miró, Porto Pi, Estación Marítima, Auditòrium y finalizando en Jaume III. Durante el trayecto, los usuarios disponen de unos auriculares que, conectados al lateral del bus, informan en varios idiomas acerca de los monumentos y datos de interés que se hallan a su paso, aunque en su mayoría éstos no corresponden al lugar donde se encuentran. Por ejemplo, cuando se escucha, «a su derecha pueden observar la Catedral de Palma que...», en realidad a la derecha vemos el Cuartel de Ingenieros, de las Avenidas. El caos circulatorio y los continuos parones en los semáforos, puesto que casi todos se pillan en rojo, también son parte del «espectáculo». Los turistas, en su mayoría familias con niños, suelen preferir subir al segundo piso del bus, totalmente descapotado y que se convierte en un juego para los más pequeños y un peligro para los pasajeros, puesto que de no andar con cuidado se pueden encontrar de frente con una rama de árbol. El bus turístico seguirá ofreciendo «espectáculo» en invierno.
Julián Aguirre