Y es que Geni, además de culta -estudia en Madrid, segundo curso de la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas-, agradable, simpática y excelente conversadora, desfila bien, luce muy bien la ropa, es predispuesta, tiene una bella estampa, es morena, y bella. Muy guapa, sí. Y todo eso tiene su peso en un certamen como el de Miss España, donde además de belleza puntúa la cultura y cierto desparpajo.
Si le dieran a elegir entre ser azafata, actriz o dirigir una empresa de, por ejemplo, moda, «aunque todo depende de cómo se presentarán las cosas, me apetecería dirigir una empresa, incluso una empresa que nada tuviera que ver con la moda, con la cual no me quiero involucrar mucho. Quiero decir que prefiero ir a lo seguro, estudiar y luego ya veremos». Geni tiene claro que una vez en Madrid tendrá que robar tiempo a los estudios para prepararse para Miss España, pero sin olvidarlos, aunque planificándolo bien todo -dice- hay tiempo para hacer muchas cosas. «¿Que cómo veo lo de Miss España? No sé, pero tiene que ser precioso, ¿no? Ha de ser una experiencia maravillosa, en la que conocerás gente y aprenderás cosas nuevas.
Hoy, para mí, el concurso es como una sorpresa. No sé lo que me voy a encontrar, aunque imagino que todo será bueno». Por supuesto, cuando fue elegida miss Balers, la primera sorprendida fue ella: «Siempre me gustó el certamen, pero nunca di el paso hasta que mi amiga me lo propuso. Por tanto, hasta entonces no tenía ninguna experiencia. Puede que me haya ido bien por ser como soy: persona seria, responsable, con las ideas muy claras...» A Madrid se va con su novio, que es músico. «Él trabaja durante el verano, y en invierno se viene conmigo. En Madrid, además de hacerme compañía y animarme en los estudios, ve las oportunidades que hay, aunque allí todo es difícil. Y en la música, no hablemos».
Pedro Prieto