La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, asumió ayer el reto de dar «soluciones efectivas», en esta legislatura, a los problemas históricos de la Isla. En su discurso institucional de la Diada ante un patio de la Misericòrdia casi lleno, Munar enumeró los problemas históricos de Mallorca en servicios e infraestructuras, asegurando su solución durante los próximos cuatro años: la aprobación del Pla Territorial para la seguridad jurídica de particulares y empresas; la aprobación del Pla de Carreteres para ofrecer una red viaria moderna y segura, pero respetuosa con el medio natural; más hospitales de calidad y escuelas para todos, garantizando la elección de centro; un medio ambiente protegido; un suministro energético suficiente; el impulso a las nuevas tecnologías; un modelo económico diversificado, con una especial atención a la agricultura; una mejor gestión del área social y deportiva, sin perjuicio para los trabajadores; la financiación del «trot»; y un tratamiento pionero de los residuos. Para abordar todos estos problemas, Munar restó importancia al resultado de las últimas elecciones, indicando que «el relevo en el Ejecutivo no implica un cambio radical para Mallorca».
Sobre el discurso de Munar, cabe destacar también que dedicó la mitad del texto a la defensa de la lengua catalana, apostando por un «verdadero bilingüismo en el que se pueda hablar en las dos lenguas oficiales» y por «un aumento «del uso social y del prestigio del catalán». En el marco de «la mejor situación vivida a nivel lingüístico», la presidenta del Consell animó a hablar en catalán a todo aquél que lo entienda, aunque no sea catalanoparlante. «Parlar mallorquí fa bo», resaltó Munar.
El discurso de Munar, con su defensa de la lengua, estuvo precedido por el reconocimiento a Francesc de Borja Moll, con un parlamento del profesor Josep Antoni Grimalt y la entrega a Aina Moll, hija del homenajeado, del diploma de su declaración como Fill Adoptiu de Mallorca. 2003 es el Any Moll, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Aina Moll dio unas «gracias emocionadas» a todos los presentes, recordando que su padre llegó a Mallorca a los 17 años de edad, cuando ni siquiera conocía toda su Menorca natal. El acto concluyó con la interpretación de una original versión de la Balanguera.