La Familia Real, a excepción del príncipe Felipe, se despidió anoche de forma oficial del verano mallorquín ofreciendo la tradicional cena en el salón gótico del palacio de la Almudaina. La velada, último acto oficial en la agenda estival de Sus Majestades, transcurrió según lo previsto.
Engalanados, a la cena acudieron las máximas autoridades civiles y militares de las Balears. Entre ellos, el presidente del Govern balear, Jaume Matas; la presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antònia Munar; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; el president del Parlament, Pere Rotger; el delegado del Gobierno, Miquel Ramis; el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Àngel Reigosa; el comandante militar de Balears, Ricardo Tur Serra; el jefe del Sector Aéreo, Alfonso Jiménez de la Portilla; el jefe Superior de Policía, Eduardo Pérez Extremera, y el vicario general, Andrés Genovart.
A las 21.30, con intachable puntualidad, la Familia Real apareció en el Salón del Rey. Don Juan Carlos, que encabezaba la comitiva formada por su esposa, sus dos hijas y sus yernos, rompió el silencio de la sala con una de sus clásicas salidas de protocolo y, dirigiéndose a la treintena de periodistas congregados en el evento, dijo: «Se está más fresco en mangas de camisa, ¿verdad?».Antes de pasar al salón gótico, donde esperaba la exquisita cena servida por la Escuela de Hostelería de les Illes Balears, tuvo lugar el tradicional y protocolario «besamanos» en el despacho del Rey.
Eduardo Colom / Leyre Quintana