La antigua estación del Ferrocarril de Sóller en Son Sardina se ha convertido en el campo de acción elegido por una banda de desaprensivos que desde hace cerca de un año se dedica a destrozar el edificio, sean puertas, paredes, suelos, ventanas, o sanitarios, y a realizar pintadas soeces en la fachada. Tampoco hay luz por la noche, «por lo que poca gente se atreve a esperar el tren en su andén», según han denunciado vecinos de la zona.
Los demandantes han acudido a la policía en varias ocasiones para dar parte de los actos vandálicos contra este inmueble, propiedad de la empresa Ferrocarril de Sóller, la cual se ve impotente para reponer lo destrozado «pues en unos días vuelve a estar igual», afirmó su director, Miquel Galmés. De hecho, en alguna ocasión se han repuesto las luces y reforzado las puertas y accesos, tapándolos con bloques de hormigón, sin que haya servido de nada.
Según cuentan los denunciantes «el último acto vandálico tuvo lugar el pasado sábado, alrededor de las 19.00 horas, cuando la estación recibió la visita de estos indeseables, algunos jóvenes residentes en la zona, que destrozaron la puerta principal sobre el andén simplemente para sacar unas sillas y sentarse a ver pasar el tren». Con cerca de cien años de antigüedad, se trata de un edificio emblemático para esta barriada y un ejemplo de la arquitectura ferroviaria mallorquina.