Pedro Prieto
La boda de Fleur, hija de Diana de Francia y del duque Karl de Würtemberg, con el joven Moritz von Ges, abrió los informativos de varias televisiones alemanas, un acontecimento que reunió a lo mejor de la sociedad y la nobleza de aquel país. Fue una boda principesca, impecablemente organizada, en la localidad de Altshausen, donde se encuentra el castillo familiar y donde la novia cursó sus primeros estudios.
Tras un baile que duró hasta las cinco de la madrugada, los novios emprendieron ayer viaje a Cerdeña, donde disfrutarán de las aguas mediterráneas a bordo del barco de la familia. La espléndida ceremonia, que duró dos días, viernes y sábado, contó con la presencia de don Juan Carlos, que es uno de los padrinos de la novia. El Rey estuvo acompañado por Margarita Gómez Acebo, esposa de Simeón de Bulgaria, a quien representaba, también padrino de Fleur.
Nuestro Monarca recibió numerosas muestras de afecto de los asistentes a la ceremonia y de los habitantes de Altshausen, a quienes los duques de Würtemberg agasajaron con una cena. El Rey conquistó con su simpatía. También hubo banquetes y un baile de gala. Destacable la habitual elegancia de la princesa Diana, que acudió a la iglesia con un chane de color rosa, enorme sombrero y exquisitas joyas. La princesa Diana ofrecerá en Palma, a la vuelta de la boda, un funeral por el alma de su madre.