El parque de sa Feixina es el punto de encuentro para muchos jóvenes amantes del monopatín. Ellos dicen que sólo quieren divertirse y que no pretenden molestar a nadie. No obstante, algunos vecinos se quejan de que resulta una molestia cruzar el tramo de parque que ellos ocupan, porque temen ser golpeados. Juan Antonio es una de las personas que consideran que «su práctica es peligrosa a la hora de pasear con niños».
También hay quien les defiende, como Robert Wagner, que considera que «Sa Feixina no está para adornar y hacerse fotos junto a las flores. Ellos disfrutan más que nadie este parque y a mí me encanta verles haciendo deporte». Carmen Lantero les apoya diciendo que «son muy respetuosos porque siempre frenan para dejarme pasar». Aunque quizás la visión más generalizada es la de Patricio Martínez: «No me molestan, porque sencillamente no me afecta. Sa Feixina es muy grande, ellos ocupan una zona y nosotros los mayores y padres e hijos estamos en otra, quedando fuera de todo peligro».
No obstante, los patinadores son conscientes de que ocupar una plaza pública no es lo ideal, y por ello hace tiempo que solicitan que se construya un espacio especialmente para ellos donde puedan entrenar en mejores condiciones, y sobre todo sentirse tranquilos al saber que no están molestando a nadie. Construir un skatepark pasaría a ser la mejor solución para casi todos los paseantes y skaters entrevistados.
Jonás Climent