La finalidad: un reportaje documentado sobre dos barcos de la armada italiana de la Segunda Guerra Mundial hundidos a más de noventa metros de profundidad en el año 1943. La realidad: una expedición al fondo del mar para gozar de la historia.
Esta era la impresión que daban los cinco integrantes de un grupo de personas que dedican su tiempo a sumergerse para conocer más de cerca los detalles de una historia pasada, pero que no deja de llamar la atención.
Àlvaro Villalonga, Maria March, Óscar Espinasa, Luís Enrique Sanmartín y Xisco Pérez, son los nombres de los miembros de este grupo que pretenden «dotar de más documentación la historia de estos barcos de guerra y conseguir el material audiovisual suficiente para hacer un buen reportaje sobre ellos», según explicó Àlvaro Villalonga.
Con doscientos quilos de peso alrededor de su cuerpo debido a las bombonas de oxígeno y al equipo audiovisual que llevan , Àlvaro Villalonga, Óscar Espinasa y Maria March, se sumergen hasta noventa metros de profundidad para contemplar durante tan solo unos nueve minutos, de los 130 minutos que dura la inmersión, una pequeña parte de los ochenta y nueve metros de eslora de Pegaso e Intrépido, los nombres de los dos barcos de armamento italianos.
Àlvaro Villalonga, que se encarga de la documentación de los navíos, explicó que tanto Pegaso como Intrépido «son dos embarcaciones de guerra de Italia de la Segunda Guerra Mundial que llegaron a aguas españolas, concretamente cerca de la bahía de Pollença». «Por aquél tiempo, España era una nación neutral en la Guerra y la ley decía que los barcos provinentes de otros países tenían 24 horas de cortesía para estar en aguas españolas, pasadas las 24 horas debían abandonar los límites de España o serían hundidos sin la tripulación que quedó integrada en España, hasta un año más tarde que volvió a Italia», acabó Villalonga.