Como cada año, el pintor Onofre Prohens congregó a una multitud de invitados a su tradicional fiesta de verano. A las nueve de la noche se abrieron las barreras del chalet «Los Cipreses» de Son Vida. Mientras el anfitrión recibía en su casa a los cerca de 200 invitados que iban llegando, el cuarteto de jazz «Los Estraville» amenizaba la entrada.
La mayoría de mujeres lucían palmito vestidas con elegantes trajes largos de noche. Ellos acudieron a la cita con el atuendo requerido, luciendo camisa blanca que realzase el bronceado estival. Ya en la terraza los camareros portaban elegantes bandejas con suculentos manjares como el jamón de jabugo de cinco jotas. Los asistentes, entre los que se encontraban Joan Fageda, Lars Manuson y su mujer Katerine; Pep Carlos Tous, María Crespo, Joan Bauzà, Joana Walker y Basilio Escudero, desfilaron por el jardín con exclusivas vistas a la bahía y fueron sentándose en sus mesas correspondientes.
Cada mesa tenía nombre propio, el de pintores de renombre. La cena ofreció como entrante angùlas con setas, seguido de cuatro clases de berenjenas rellenas - de langosta, de bechamel, de espinacas y frutos de mar- y tres ensaladas; la de cangrejo que elaboró Rosa Estarás, la de gambas y patatas, de Isabel Roca y la original ensalada de Rosa Vidal. Cochinillo con salsa de frambuesa, pescado y postre.
Eugenia Planas