Podríamos decir que la jornada de ayer de la Copa del Rey discurrió en cuatro frentes. Uno, en el campo de regatas, donde los barcos, desde mediodía, trataron de alcanzar la mejor puntuación. Dos, en el Fortuna, donde vimos a la reina doña Sofía luciendo por partida triple su condición de abuela. Tres, en el mar que rodea el campo de regatas, donde pudimos apreciar imágenes repletas de ternura entre el heredero de la corona noruega, Haakon, y Marius, el hijo de su mujer, Mette Marit. Y cuatro, ahora lejos del campo de regatas, en tierra firme, concretamente en la avenida palmesana de Jaime III: la futura reina de los noruegos de compras en compañía de su amiga, y anfitriona, Rosario Nadal, las dos de buen rollo con los fotógrafos.
Poco después de las diez de la mañana, en un monovolumen de color plateado, Haakon de Noruega; su esposa, Mette Marit, y el hijo de esta, Marius, salieron de la casa que Rosario y Kyril poséen en Porreres, y tomaron la dirección de Palma. ¿Al aeropuerto, lo que significaba el final de las vacaciones, o al puerto, a presenciar la Copa del Rey de vela? A la media hora, se disiparon las dudas: el monovolumen tomaba dirección a Palma y al rato entraba por la puerta principal de la base naval de Porto Pí. Estaba claro: iban a seguir al Fram, barco de Harald de Noruega, pues enseguida vimos descender por la escalerilla que comunica el yate real con la gomonne a Haakon y al niño, al que una vez en ella le ponía crema en cara y brazos.Pedro PrietoHaakon y Mette-Marit, turismo de mar y tierra
Mientras Haakon, el heredero noruego seguía las regatas, su mujer Mette-Marit iba de compras con Rosario Nadal