Por segundo año consecutivo, los santamariers salieron de sus casas el pasado sábado para celebrar el «sopar a la fresca», que pueblos vecinos también celebran dentro del marco de las fiestas patronales. Santa María se convierte así en un pueblo más de nuestra Isla que quiere disfrutar del ambiente festivo y agradable que supone cenar en la calle con el resto de vecinos. Aunque sea un acto reciente, tuvo una gran aceptación por los residentes de Santa María. Los vecinos de la localidad se juntaron en diferentes calles; en total fueron unas sesenta calles, veinte más que el año pasado, y eligieron el plato que degustaron por la noche. Los platos más solicitados fueron el típico trampó, una fideuá o carne asada, aunque también hubo quienes optaron por un buen pa amb oli.
El acto está organizado por el Ajuntament de Santa María y enmarcado dentro de las actividades que llenan el calendario de las fiestas en honor a su patrona Santa Margalida. Así el Ajuntament cede 25 sillas a cada calle, además de dar epaperí y las guirnaldas que decoran las calles y que montan los mismos vecinos. La alcaldesa de la localidad, Rosa Vich, informó que «desde el Ajuntament de Santa María se han cerrado todas las calles que lo han solicitado, menos una en la que los vecinos se han desplazado unos diez metros de su casa porque se ha montado un circuito de emergencia para dejar vía libre al acceso al centro de salud».
M. Nadal