¿Qué hubiera pasado con el apagón del lunes si Balears contara con un cable eléctrico con la Península? No hay respuestas claras para esta pregunta, pues también podríamos preguntarnos qué hubiera pasado si Balears ya tuviera un cable operativo y éste se hubiera averiado.
Para empezar, el cable no hubiera evitado el apagón del lunes porque éste tuvo su origen en un problema de la red de transporte, un sobrecarga de línea, que en este caso no tiene nada que ver con la potencia que pueda aportar un cable. Una sobrecarga se puede producir independientemente de tener cable o gasoducto.
Otra cosa es la capacidad de recuperación. Si el sistema eléctrico de Mallorca tardó tanto (unas siete horas) en recuperarse al 100 por cien es porque se vio muy condicionado por la «caída» de tres grupos de la central del Murterar, alimentados con carbón. Estos grupos tardan mucho en arrancar tras un paro y hubo que esperar a que normalizasen su potencia. Con un cable, que no deja de integrar un sistema eléctrico como si fuese una central más, la recuperación hubiera sido mucho más rápida, pero también lo hubiera sido si todos los grupos generadores de Mallorca fuesen como los de Son Reus, alimentados con gasóleo, pero diseñados para funcionar con el gas natural como combustible. Sin embargo, es indudable que el cable rompe el aislamiento y permite acudir a cualquier falta de potencia transportando electricidad desde la Península.