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Los Thyssen, en familia

Tita Cervera, su hijo Borja y la novia de éste, Blanca, posaron y hablaron ayer en el RCNP para Ultima Hora

Sobre las dos de la tarde, la baronesa, su hijo y su futura nuera salieron de su casa del Terreno y se fueron al Club Náutico de Palma, donde permanecieron unas horas. Foto: JULIÁN AGUIRRE

Tita Cervera, baronesa Von Thyssen, estuvo algo atareada en la mañana de ayer. Todo porque tuvo en casa al jardinero a quien sugirió una serie de cambios en el jardín en cuanto a plantas se refiere. Poco después de que por primera vez en este año el yate Fortuna se hiciera a la mar, con la reina Sofía a bordo, los Thyssen se subieron todos al monovolumen plateado que el chófer había estacionado frente a la casa: ella, de blanco, su hijo, Borja, con vaqueros y camisa, y la novia de este, Blanca Cuesta, con mini y top, ambos del mismo color. Les acompañaba un escolta que ocupó plaza en la parte de atras del vehículo. Tras consultar en un plano, sin más, salieron a dar una vuelta. ¿A dónde esta vez? En la víspera nos despistaron. El chófer de la baronesa es un profesional, eso quedó claro. Tras darnos dos o tres vueltas hacia ninguna parte, en el primer semáfono que se encontró nos dejó y desapareció. ¿Se repetiría la historia?

La baronesa no es mujer como para andarla siguiendo. No tiene nada que esconder. Todo en ella es diáfano, limpio, no hay entresijos ni amores ocultos ni historias raras o inconfesables. Todo lo contraraio, es una mujer muy bien «enrollada» con la prensa, de lo cual puedo dar fe. Así que a la primera ocasión que tuvimos, le planteamos el posado, unas cuantas preguntas y después cada cual por su camino. Salíamos ganado todos, ¿Saben? Nosotros en nuestro trabajo y ella -y acompañantes- en tranquilidad. Lo absurdo hubiera sido estar tras ellos durante todo el día, jugando al escondite. ¡Ah, si como la baronesa todos entendieran nuestro trabajo! La de días ajetreados, equívocos, carreras, mosqueos, malos modos, robados, etc. que se evitarían. Lo tranquilos que viviríamos todos, ellos y nosotros.

En la terraza del Club Náutico de Palma, desde donde veíamos subir al comedor a los invitados al almuerzo en el que se presentaba la Copa del Rey de vela, Tita desmintió que la hubieran engañado en la compra de un barco. «Es falso cuanto se ha dicho. El barco está en muy buenas condiciones. Va a vela y a motor, sin problemas. Lo que sucede es que lo estamos decorando por dentro; lo estamos dejando a nuestro gusto, ¿Saben?. Por eso no navegamos todavía en él. Pero, repito, de engañarnos al comprarlo, ni hablar».

Pedro Prieto

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