Los padres más precavidos llevan a sus hijos a la piscina desde que son bebes. S'Aigua Blava es uno de los lugares para hacerlo, pues hay cursillos especiales para niños de 4 a 18 meses. El programa se denomina Matronatación, y funciona de la siguiente forma: varios padres o madres acompañan a sus hijos mientras los monitores guían las actividades. Marga Forteza, coordinadora de este programa, explica que «además de acostumbrarles al medio acuático potenciamos varios aspectos fundamentales del bebé: El social, el psicomotriz, el cognitivo y el afectivo».
Esto significa que los pequeños aprenden a relacionarse con los demás, a mover su cuerpo con agilidad, a dominar sus percepciones sensoriales y, muy importante, fortalecen el vínculo con sus padres. Además la actividad se desarrolla con una metodología muy cuidadosa, «los bebes en lugar de llorar disfrutan en el agua, porque sus padres les acompañan y se encargan de adaptar cada juego a su edad y posibilidades», asegura la monitora. La actividad empieza con un círculo humano, es el ritual del saludo, fundamental para enseñar a los niños a relacionarse.
Después los padres y los monitores les hacen participar en diversos juegos: Echándoles agua por encima con cubos, lanzándolos suavemente por un pequeño tobogan o subiéndolos en una plataforma flotante. Basta fijarse en las caras de felicidad de Pau, María, Javier, Dani, Alejandro, Adrián, María Teresa y Bartomeu para comprobar que estos «pezqueñines» lo pasan genial en el agua.
Jonás Climent