El PP balear había prometido en su programa electoral una autopista entre Palma y Manacor. Pero no dijo, ciertamente, por qué ruta. Era previsible que recuperase el proyecto de autopista a través de Llucmajor, Campos y Felanitx. Pero no ha sido así. El nuevo Govern ha sorprendido a todos los ciudadanos aparcando ese proyecto, que parecía el más lógico, y ha optado por lo que hoy día constituye una ruta alternativa para desplazarse entre Palma y Manacor: la autopista de Inca y la carretera Sineu-Petra-Manacor. La Conselleria d'Obres Públiques ya ha anunciado que construirá un tercer carril en la autopista central y convertirá la carretera Inca-Sineu-Petra-Manacor en una autovía.
Se repite la historia de hace años. El PP no se atrevió en su momento a hacer la autopista de Manacor por las protestas de grupos ecologistas y partidos de izquierdas. Ahora renuncia por la oposición de UM y del PP de Felanitx.
El Govern prevé concentrar en una sola autopista todo el tráfico con destino a los dos principales núcleos de población de la Isla: Inca y Manacor, con sus respectivas comarcas. Es decir, se pretende que todos los automovilistas que se dirijan a cualquier punto situado entre Port de Pollença y Cala Millor utilicen la misma autopista. Ni que decir tiene que de este modo se saturarán aún más los accesos a Palma, aunque se construya el necesario segundo cinturón.
Con esta 'original' solución, no se soluciona el problema de tráfico en la zona de Campos-Felanitx y se castiga de forma innecesaria los municipios de Sineu y Petra, obligándolos a soportar, por un lado, un tráfico totalmente ajeno y, por otro, a sufrir el impacto paisajístico que significará la construcción de una autovía. Y, lo más importante, se abandona la actual carretera de Manacor, dejándola en manos del Consell, para que haga lo que pueda. Definitivamente, no era ésta la solución que esperaban los votantes del PP.