Martes, 1 de julio, a las cinco y media de la tarde. Día y hora para la Historia: una serie de relevos sincronizados, todos a partir de las 17.30 pusieron fin ayer a la época del Pacte de Progrés. Los consellers y conselleres de Antich entregaron ayer sus papeles a los titulares de las nuevas conselleries y les informaron de la estructura de los departamentos. Pese a la intensa campaña y al cruce de acusaciones, la normalidad y las sonrisas marcaron la jornada.
Algunos consellers vuelven a los despachos que ya ocuparon hace tiempo. Es el caso de Joan Flaquer, que conoce muy bien los vericuetos de la Conselleria de Turisme, en la Calle Montenegro.
Francesc Antich ya anunció que el «traspaso de poderes» sería modélico y, en general, la mayoría de consellers salientes acudieron a recibir a sus sucesores, aunque hubo algunas ausencias. Como se han restructurado algunos departamentos, más de un conseller tuvo más de un interlocutor. Pere Sampol cedió una parte de sus competencias a Rosa Estaràs y una parte a Cardona. Como «muy cordial» describió Jaume Font su reunión con Margalida Rosselló, con quien ya había conversado el día anterior. Rosa Puig, nueva consellera de Presidencia, acudió a la reunión acompañada de la vicepresidenta Rosa Estaràs. Será hoy, tras el primer Consell de Govern, cuando los hombres y mujeres de Matas se incorporen plenamente a sus despachos. Está pendiente aún la ubicación de algunas conselleries.