Matas regresó ayer al Consolat de Mar para comenzar a trabajar en el despacho que él mismo ocupó hasta julio de 1999. El nuevo president del Govern llegó en coche oficial a las 9 de la mañana y se dirigió directamente a su despacho, la misma sala en la que hasta hace apenas unos días trabajaba Francesc Antich y anteriormente el propio Matas, Soler y Cañellas. «Está todo muy cambiado y reformado. Se parece poco al despacho que dejé en 1999», reconoció Matas. Para empezar, el nuevo president no encontró la mesa que él utilizaba hasta 1999. «La mesa que instaló en el Consolat de Mar durante el mandato de Albertí ya no está en su lugar habitual», explicó el nuevo president. Antich contó en muchas ocasiones que cuando llegó al Consolat no encontró ni un solo papel en el despacho de Matas. Según Antich, Matas se llevó todos los documentos. Sin embargo, el nuevo president echó de menos la mesa presidencial que él utilizó durante los tres años en los que fue jefe del Ejecutivo.
Lo que también le sorprendió a Matas fue no encontrar tapices en la sala donde se reúne el Consell de Govern, al margen del cambio de ubicación de algunos cuadros. Matas llegó ayer y se dirigió directamente a su despacho a cerrar la composición de su nuevo gabinete. El nuevo president no saludó a los funcionarios porque ya lo hizo el viernes, el día de su toma de posesión como president.
«He tenido una sensación extraña al regresar al Consolat de Mar», reconoció el president. En cualquier caso, Matas se mostró muy ilusionado. Al margen de la desaparición de algún mobiliario, lo que sí ha sorprendido al equipo del nuevo president es la decoración de la sala contingua al despacho presidencial, donde antes de la llegada al poder de Antich trabajaba la secretaria de Matas. Dicha sala de trabajo se ha convertido en una especie de salita de espera con una decoración de dudoso gusto.