El prestigioso forense José Antonio García Andrade intentó desdramatizar algo que él conoce de cerca: la muerte, apostando por un mundo del conocimiento pero siempre tratando «con un máximo respeto a los cadáveres», más de 4.000, a los que este profesional de la medicina forense ha practicado sus autopsias. Pere A. Serra, presidente del Grup Serra y deClub Ultima Hora, fue el encargado de dar la bienvenida al doctor García Andrade de quien dijo que ha sabido hacer frente «a la tragedia de la muerte» siempre con «sentido del humor».
El conferenciante dejó claro, desde el principio de su intervención, que él apuesta por la medicina forense como un peritaje de la violencia, afirmando que «los forenses somos los peritos de la violencia». García Andrade recordó su amor por las Islas, ya que «mi madre nació en Maó» y su primer destino como forense fueron los juzgados de Eivissa, «y fue toda una experiencia para mí». En un amplio recorrido histórico en el que citó las autopsias y teorías clásicas de Lombroso; la escuela costumizadora alemana o la heredosia; pasando por los últimos descubrimientos genéticos, el profesor García Andrade hizo su disertación sobre la importancia de la genética, constitución física, edad, sexo y sobre «la importancia del lugar de los hechos» a la hora de realizar la autopsia a un cádaver.
Y si la disertación inicial del reconocido forense fue muy interesante y breve, el posterior coloquio -que dejó una puerta abierta a las múltiples dudas del numeroso público que llenó el Teatre Municipal de Palma- consiguió profundizar en los conocimientos del doctor García Andrade. ¿El crimen perfecto existe? fue una de las preguntas a las que respondió el conferenciante, alegando que «es posible que exista el crimen perfecto, sobre todo el que no levanta sospechas, pero muchas veces el crimen perfecto sólo es una mala investigación forense».