Pep Campaner, el mallorquín que vela por los niños de Niger afectados por el noma -y por otras graves enfermedades también, producto de la desnutrición y de la falta de higiene-, nos presentó a mediodía de ayer en el Castillo Hotel de Son Vida a cinco de estos niños, Falmata, Kangui, Mamahadou, Zara y Abba, los cuatro primeros que han tenido que ver con el noma y que afortunadamente, tras haber sido operados en Son Dureta, ya nada tienen que ver con él, y el quinto, aquejado de astrofia vesicular -nació sin sexo- se le han extraido los testículos y se le ha implantado un aparato genital masculino. Se trata de niños que tuvieron la suerte de ser descubiertos por Campaner en la región de Diffa; de no haber sido así, hoy estarían muertos, pues el noma cuando se apodera de uno no le deja vivir más de un mes.
Aunque todos los casos son graves, a una de las niñas operadas en Palma, a causa de lo extendido que estaba el noma en las partes blandas de su rostro, tuvieron que ponerle un ojo de cristal. Otros han sido operados y no pueden hablar, ni incluso masticar. Pero viven, que es lo importante. ¿Que a qué edad ataca el noma a los niños? «Entre los 0 años y los 7 u 8, aunque hemos encontrado adultos que lo tenían», asegura Campaner. «Y es curioso -añade-; una simple inyección de penilicila puede frenarla, pero hay que descubrir el mal y tener esa inyección. Y ellos ni saben que mal es ese, ni tampoco tienen penicilina». Contó Campaner que a veces, cuando el niño ha sido tratado y el mal está controlado, el padre, que seguramente cuando padecía el noma lo dejó abandonado en la calle, se lo lleva a casa. «Entonces puede intervenir el hechicero que, pensando que el niño está poseido por el demonio, lo trata de expulsar aplicando sobre su piel hierros incandescentes. Evidentemente, muchos mueren».
La Fundación Campaner contra el noma, entidad sin ánimo de lucro
fundada en 1996, ha conseguido que 23 niños de Niger hayan sido
operados, entre ellos estos cinco -tres de los cuales han pasado
nueve meses en Mallorca, en la casa que la Fundación tienen en
Costix- que regresarán a su país a finales de este mes. El
desplazamiento desde allí a Mallorca cuesta por niño 1.200 euros
pero las operaciones son gratuitas. En la actaulidad, la Fundación
controla en Diffa (Níger) alrededor de otros cien niños que han
tenido, y que tienen que ver, con esta enfermedad. Para llevar a
cabo su trabajo, la Fundación cuenta con el apoyo de unos pocos
socios, con los donativos que hace la gente, y para la construcción
de un centro de acogida de niños en Diffa, con una ayuda del
Govern.
Pedro Prieto