Un centenar de estudiantes de ESO pertenecientes a cinco colegios mallorquines han visitado durante los tres últimos días eMistra de la Armada española, que se encuentra en Palma integrado en los ejercicios de la flota de la Alianza Atlántica. Una experiencia interesante segun sus impresiones que les ha acercado a un mundo aún desconocido y fascinante para algunos: «en las películas parecen más grandes pero no nos importaría hacer una salida para probar», comentan los estudiantes al salir.
Todo alineado en un pasillo donde se encuentran las cámaras de oficiales y marinería junto a los diminutos camarotes de seis literas que comunica la sala de control, corazón del buque, la sala de torpedos y la sala de máquinas. Órganos esenciales del submarino donde se desarrolla la vida a bordo en períodos de inmersión que en ocasiones pueden prolongarse por espacio de más de un mes. Todo un reto psicológico ante la claustrofobia, que según nos indicó el teniente de navío Ricardo Poblaciones durante la visita, no se ha dado ningun caso. Tampoco ha habido problemas de convivencia, pese al reducido espacio común y a la circunstancia de que a bordo entre los 53 miembros de la dotación se cuentan tres mujeres, siendo este el primer submarino español en acoger dotación femenina.
Un marino de guardia guía a los alumnos en la visita indicando los elementos principales de la estructura exterior del buque: «Aquella pieza es el timón de buceo, allí está la antena flotante, sobre la vela podemos ver el periscopio, aquello es el telemetro acústico, el sonar está en la parte inferior de la proa... etc.». A continuación y en grupos divididos se desciende a las entrañas del monstruo de acero. «La vida a bordo es extremadamente tranquila, salvo en caso de zafarrancho de combate», se indica.
Gabriel Alomar