El Govern y el Partido Popular de Balears se han enfrascado en los últimos meses en una guerra de cifras estadísticas, con el fin de demostrar que la evolución económica en las Islas durante los últimos cuatro años ha tenido una evolución divergente, generando con ello cierta confusión en la población de las Islas. El director general de Economía, Antoni Monserrat, y el portavoz parlamentario del PP, Joan Flaquer, valoran los pros y contras de la «velocidad» a la que ha ido Balears en el período 1999-2003. Para Monserrat, «el balance del crecimiento económico ha sido altamente positivo, puesto que a pesar del duro entorno internacional y la crisis bursátil, la economía balear ha sido capaz de mantener el ritmo de crecimiento de puestos de trabajo, por encima de la posibilidad de la población activa residente y asumiendo la entrada de colectivos para dar satisfacción a las necesidades de crecimiento económico».
Al mismo tiempo, considera que es un hecho incuestionable «que se han moderado los índices de crecimiento, que hasta entonces resultaban insostenibles, sin que hayamos entrado en crecimientos negativos ni destrucción neta de empleo. Estamos en tiempos difíciles, pero modo alguno ante una situación catastrófica. La economía balear tiene bases sólidas y lo ha demostrado, a pesar de las llamadas a la crisis que en los últimos cuatro años han venido repitiendo personas por poner por delante sus intereses que su país».
Para Joan Flaquer, este análisis de la trayectoria de la economía balear en los últimos cuatro años, «es un insulto para la inteligencia de los ciudadanos de las Islas. Es ilógico pensar en una sociedad de bienestar bajo la etapa del Pacte de Progrés, cuando tenemos el PIB en índices negativos, hay menos empleo y menos turismo. Si con estos antecedentes se puede afirmar que los últimos cuatro años han sido los mejores de las Islas, es un auténtico sarcasmo. Serán los mejores cuatro años para los que han estado gobernando». El PP considera que los principales indicadores económicos han tenido una caída de su producción alarmante a lo largo de esta legislatura, «afectando con ello a la propia actividad económica y laboral en las Islas», explica el portavoz parlamentario del PP.