Todos sufren la máxima pobreza y todos viven en Bello Amanecer, un barrio del extrarradio de Managua donde más de 30.000 personas habitan en chabolas, con una tasa de paro que supera el 80 por ciento y donde sólo 2 de cada diez jóvenes saben algo más que leer y escribir. Todos comparten hermanos de padres diferentes, no conocen qué es una familia y corren el riesgo de integrarse en un futuro en las pandillas que aterrorizan el barrio: el pasado mes de febrero rajaron a un hombre sólo para robarle una gorra. Salir de casa cuando oscurece está prohibido en Bello Amanecer.
En este barrio se encuentra el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, abierto en los años 70 por la religiosa mallorquina Esperanza Garau, superiora general de Amistad Misionera en Cristo Obrero (AMICO) y donde se imparte Preescolar, Primaria y Secundaria a más de 700 alumnos. Este año, 32 niños y jóvenes han podido iniciar o continuar sus estudios gracias a más de 30 familias mallorquinas, que han becado a los alumnos ofreciéndoles un futuro alejado de los grandes males del barrio: la violencia, el consumo de alcohol y la delincuencia.
Ser becado por España representa un lujo que los estudiantes aprecian hasta el límite. La beca cuesta 50 euros al año y en ella se incluye la matrícula y mensualidades. Con el uniforme escolar y el deportivo alcanza los 70 euros anuales. «Queremos decir a las personas que nos han becado que tenemos el compromiso de sacar el curso y lo cumpliremos. Muchísimas gracias por esta oportunidad. Tengo cuatro hermanos y mi madre no puede escolarizarnos a todos. Yo le ayudo a hacer tortillas de maíz para vender, pero no nos alcanza», afirma José, que este año inicia cuarto de Secundaria.
Los más pequeños acuden al colegio a las 7.00 y finalizan las clases a las 12.00 horas. Después, 70 niños que acuden al colegio sin desayunar (se incluyen todos los becados), acuden al comedor para «devorar» la única comida que realizan al día, consistente en arroz y frijoles, ofrecida gratuitamente por las hermanas de AMICO gracias a una donación. «Todos los chicos y chicas que han recibido esta ayuda de Mallorca viven en la miseria, en casas de madera o plásticos. Por eso, esta ayuda es tan importante, más de lo que puedan imaginar. Hay decenas de jóvenes en esas condiciones que esperan algún día poder ser ayudados también. Nosotras conocemos una a una la situación de cada familia y valoramos la evolución de los jóvenes a lo largo del curso escolar. Saben que si no aprovechan la beca, es posible que se destine a otro alumno», afirma sor Marisol, directora del colegio.
El pasado mes de marzo, nuestras compañeras Carmen Ruiz de Galarreta, Mercedes Azagra y Chus Bonafé acudieron a Bello Amanecer para entregar a sor Esperanza Garau las becas de los alumnos. Fueron recibidas con la banda de música del colegio y despedidas de igual manera. Madres y abuelas acudieron a agradecer esta aportación mallorquina, imposible de pagar con más del 70 por ciento de los habitantes de Bello Amanecer.
«Yo trabajo todos los días vendiendo tortas de maíz. Tengo nuevo hijos y hasta ahora me acompañaba mi hijo Nelson. Su ayuda me venía muy bien, pero me dijo la directora del colegio que podía conseguir una beca de España y ahora está estudiando. Yo no se lo puedo pagar», afirma doña Lucía. Hubo fiestas y parlamentos. Al final, y «con un entrañable «gracias y no nos olviden» nos despidieron con la esperanza de vernos de nuevo en 2004. Quien desee ayudar a estudiar a un niño, puede llamar al 600 70 31 82.
Mercedes Azagra