M.GONZÀLEZ/S.CARBONELL
Unas 1.500 personas según la policía y entre 2.500 y 3.000 según
los organizadores atendieron ayer la llamada de UGT, CCOO y el Stei
para secundar una manifestación contra la guerra en Palma. El
principal mensaje de los sindicatos fue que «la guerra no ha
terminado y no debemos caer en esa propaganda», declaró el
secretario general de UGT, Lorenzo Bravo.
Sobre el escenario instalado en es Born, donde culminó una marcha iniciada a las 20.00 horas en la Plaça d'Espanya, Bravo reconoció la «gran confusión» que reinó ayer sobre el fin de la guerra; pero ante todo insistió en que «no nos vamos a conformar con haber llegado hasta aquí, queremos saber qué va a pasar ahora en Irak, con los heridos, con la ONU o con Siria e Irán». En su arenga, el líder de la UGT instó a «no bajar la guardia, pues de lo contrario -añadió- no habrán merecido la pena estos meses de movilizaciones».
En parecidos términos se expresaron el secretario general de CCOO, Josep Benedicto, y el secretario de Organización del Stei, Biel Caldentey, quienes animaron a «mandar al PP a la oposición en las próximas elecciones, porque es donde merecen estar y porque esa será la mejor pedrada», «mejor que lanzar huevos o piedras contra sus sedes», unas acciones ante la que Bravo dijo «estar en contra». La manifestación transcurrió sin incidentes, entre proclamas contra la guerra y contra los gobiernos de EEUU, Gran Bretaña y España, a los que se advirtió que «venceréis pero no convenceréis».