La revista germana «Bunte» hizo público y notorio la semana pasada lo que media Alemania y gran parte de Suecia sabía: que el príncipe Johann Georg von Hohenzollern, marido de la Birguitta de Suecia, tiene novia. Sabine Leu, se llama. Divorciada desde hace nueve años y madre de dos hijos ya mayores, es especialista en arte, como él, y, según se cuenta, secretaria suya. Por lo visto, salen juntos desde hace seis años, aunque no viven juntos, ni tampoco él habita su mansión de Munich, ya que a causa de un descalabro económico sufrido hace doce años, en Canadá, tuvo que venderla, sino que vive solo, en un piso de cuatro habitaciones, en el que confiesa sentirse muy a gusto, entre otras cosas porque no tiene que dar explicaciones a nadie de si se ha cepillado los dientes.
Tampoco con él viven sus tres hijos, casados ya, uno de ellos en Mallorca, en el Castell de Bellver, ¿recuerdan? En cuanto a su mujer, Birguitta, como todos también sabemos, pasa largas temporadas en la Isla, de la cual es una gran promotora en el extranjero, pues gracias a ella la conoce mucha gente de Alemania y Suecia; estos, sobre todo, a través del trofeo de golf que con su nombre se ha institucionalizado hace doce años en el Club de Golf de Santa Ponça, algo que le ha sabido reconocer el Fomento de Mallorca, así como muchos mallorquines.Según hemos podido ver en «Bunte», pese a no vivir juntos, ambos permiten que se les fotografíe juntos, sonrientes y felices (a pesar de que él recientemente ha sido operado de una cadera, por lo que cojea un poco), como pueden apreciar en la foto superior de la izquierda, gesto que se contradice con el de la foto de la derecha. Por todo ello, seguramente el príncipe ya no podrá repetir su manida frase cuando le preguntaban por Birguitta de Suecia: «Estamos separado -decía-, pero ninguno tenemos pareja. Ella vive en Mallorca y yo aquí». Pero lo más curioso de toda esta historia es que el príncipe Von Hohenzollern no quiere oír hablar de divorcio con su todavía esposa Birguitta, con quien, al menos que se sepa, jamás ha tenido una pelea ni un mal gesto. Es más, nos consta que ayer por la mañana la llamó a Mallorca para decirle que a pesar de la foto en la que aparece sonriente al lado de su novia, Sabine, él no quería divorciarse.
El reportaje en cuestión, que no escatima fotos, aparte de las
de ellos dos, Johann y Sabine, muestra otras en las que se le ve a
él con su familia al completo: esposa (Birguitta), hijos y nietos,
la casa donde aquélla vive en Mallorca y la que fue de ambos en
Alemania, además de un colorido árbol genealógico fotográfico de
ambos para que no haya la menor duda de quién es quién.
Pedro Prieto