El 21 por ciento de la población ocupada de Balears tiene su lugar de trabajo en un municipio diferente al que está empadronado, lo que supone que más de 80.000 personas se desplazan a diario por las carreteras de las islas para trabajar. Este porcentaje se eleva al 26 por ciento en el caso de Eivissa, baja al 18,7 por ciento en Menorca y es sólo del 3 por ciento en Formentera.
Los principales municipios receptores de población ocupada son Palma, que recibe cerca del 34 por ciento de la gente que debe salir de su municipio para trabajar; Calvià (con el 10 por ciento), Eivissa (7 por ciento), Marratxí, (5,35 por ciento) o Inca y Maó, con casi el 4 por ciento cada uno.
Estas son las principales conclusiones que se extraen de los datos provisionales del censo de 2001, que ayer fueron comentados por el conseller d'Economia, Comerç i Industria, Pere Sampol, y el catedrático de Geografía Humana de la Universitat balear, Pere Salvà, durante la presentación del Congreso Internacional sobre Movilidad Humana y Cambio Global, que se celebrará en Palma los días 3,4 y 5 de abril.
Los municipios que cuentan con un mayor número de personas que trabajan en el mismo municipio de residencia son, con porcentajes superiores al 70 por ciento, Formentera, Ciutadella, Palma, Capdepera, Manacor, Pollença, Santanyí, Sant Llorenç y Maó.
Por el contrario, los que menos población ocupada tienen que trabaja en el mismo municipio de residencia son las áreas del interior o los municipios que están próximos a núcleos de actividad económica como es el caso de Marratxí o Bunyola con respecto a Palma. En éstos, y en otros como Santa Maria, Esporles, Puigpunyent, Costix, Vilafranca, Fornalutx, Santa Eugènia, Campanet, Alaró, Sant Joan, Lloret, Algaida, Valldemossa y Es Castell, seis de cada diez trabajadores tienen que ir a trabajar todos los días a otro municipio.