M.JUNCOSA/P.CANDIA
El conseller de Turisme, Celestí Alomar, consideró ayer que ni
España ni Balears deben de aspirar a convertirse en un «destino
refugio», beneficiándose de el desplazamiento de la demanda
turística de los países próximos a la guerra de Irak. Pronosticó
que los destinos españoles «padecerán» y advirtió que los
dependientes del transporte aéreo, caso de Balears y Canarias,
serán los principales perjudicados. Alomar solicitó a los
empresarios que no lancen mensajes alarmistas al considerar que son
contraproducentes.
El sector empresarial turístico de Balears manifestó ayer su preocupación ante el estallido de la guerra en Irak. Confían en que el conflicto armado sea lo más corto y menos cruento posible, para que la situación económica se estabilice y el Archipiélago pueda recuperar parte de la clientela perdida de cara a la temporada estival. El presidente del Aviba, Jaume Bauzà, y el presidente de los hoteleros, Pere Cañellas, manifestaron que una vez despejada la incertidumbre sobre el ataque armado, cabe esperar que la guerra sea corta para que tanto el turismo emisor como el receptivo se reactiven, aunque precisan que ya no se podrá recuperar lo perdido hasta ahora.
En el negocio emisor, los touroperadores ya han cancelado los programas de Semana Santa con destino a Turquía y resto de países musulmanes próximos a la zona en conflicto y sólo comercializan ciudades europeas y España. En el receptivo, las ventas siguen congeladas y los pocos hoteles que estén abiertos en Semana Santa lanzarán ofertas para captar turismo español y las familias de la Isla para paliar la situación. El presidente de Banco de Crédito, Miquel Nigorra, prevé una guerra corta.