Muy diferentes eran las cosas hace 75 años cuando en 1927 Lorenzo Coll Sampol fundó en Selva la fábrica de calzados Kollflex. Comenzó con siete u ocho operarios y sólo para poner un ejemplo, 20 años después, en el 47, el semanal que se pagó a los operarios la primera semana de enero fue un total de 5.702,10 de las antiguas pesetas. Kollflex celebra, este año, su 75 aniversario y ha conseguido un prestigio no sólo nacional sino que su calidad y diseño sea reconocido internacionalmente.
En sus nuevas instalaciones de más de siete mil metros cuadrados, construidas en la década de los 80, trabajan 100 operarios y se fabrican, anualmente, 150 mil pares de zapatos. Las instalaciones cuentan también con un establecimiento abierto al público por el que anualmente pasan miles de personas.
Para celebrar el acontecimiento, la empresa ha editado un libro con la historia de esta industria artesana ubicada en Selva, un pequeño municipio al pie de la Serra de Tramuntana. El libro fue presentado ayer en Palma, en un acto al que asistió el vicepresidente del Govern y conseller d'Economía, Comerç i indústria, Pere Sampol, y el alcalde de Selva, Joan Rotger, junto con otros miembros del Govern, regidores de Selva y conocidos empresarios de la comarca de Inca relacionados con el sector de la piel y el calzado.
Joana Melis