El hospital de Son Dureta ordenó -el pasado miércoles 5 de marzo- el traslado de dos niños al hospital Ramón y Cajal de Madrid, por vía aérea y siempre por prescripción facultativa, al no poder ser intervenidos en la UCI pediátrica del hospital universitario. El gerente del hospital Son Dureta, Luis Carretero, reconoció ayer estos traslados, si bien explicó que en el primer caso, el de un niño de 9 meses que tenía un problema cardíaco el traslado «era más que justificado ya que se le tenía que practicar una intervención quirúrgica de cirugía cardíaca muy especializada que todavía no se puede llevar a cabo en nuestro hospital».
El segundo caso, el de un niño de 3 años que se había atragantado con un cuerpo extraño, los pediatras de Son Dureta, al temer posibles complicaciones «ya que el cuerpo extraño se había ubicado en la zona pulmonar», según Carretero, apostaron por «el traslado al Ramón y Cajal». El propio gerente de Son Dureta reconoció que, el miércoles pasado, la UCI pediátrica «se encontraba a un alto nivel de ocupación» y matizó que, en estos casos, lo que se hace es desviar los traslados desde otros hospitales de la Comunitat Autònoma a centros hospitalarios de Barcelona o Valencia, «sin pasar por Son Dureta» y afirmó que este hecho se ha producido en dos ocasiones en este primer trimestre de 2003.
La necesidad de una dotación en cuidados intensivos neonatales del hospital Son Dureta es creciente, tal y como reconoció ayer el gerente del hospital. Carretero matizó que la ampliación es necesaria por «la viabilidad cada vez mayor de los recién nacidos de bajo peso, que necesitan largas estancias en la UCI neonatal» y por la mayor incidencia «de partos múltiples por el aumento de la utilización y eficiencia de las técnicas de fertilización asistida». De hecho Son Dureta ya amplió la unidad de cuidados intensivos neonatales en el año 2001. Actualmente Son Dureta cuenta con 12 cunas en cuidados intensivos neonatales; 18 cunas en cuidados intermedios y 8 camas en cuidados intensivos pediátricos.