El estallido del Carnaval de Sa Rua 2003 irrumpió con fuerza en un
mágico desfile que reunió a cerca de 25.000 personas -según fuentes
de la Policía Local- que lo presenciaron en su habitual recorrido
por la zona de Jaume III, Born, Plaça de la Reina y
viceversa.
La participación de esta edición fue muy numerosa, unas 5.000
personas, repartidas entre grupos, 47 comparsas y 20 carrozas, que
incluyeron mayor aparato musical que en años anteriores y también
una mejora en el diseño y confección de los disfraces.El jurado
estuvo presidido por el alcalde de Palma, que no acudió disfrazado,
ya que pocos minutos antes la Casa de Andalucía le rindió un
homenaje; y los concejales Joan Bauzá (con disfraz de Nerón), Carme
Feliu, Gaspar Oliver, Toni Nadal, Francisca Aguiló, Maite Jiménez,
Jordi Llabrés, Lis Riera y la candidata a la alcaldía de Palma
Catalina Cirer, que acudió con su hija Miquela, ambas vestidas de
pintoras. La banda Municipal de Música abrió el cortejo animando a
las sucesivas comparsas que siguieron. Entre ellas la de la
Hermandad de Donantes de Sangre, ataviados de vampiros; los jóvenes
de Amiticia, representando un encierro de San Fermín, mientras que
los de Son Ferriol escenificaban una merienda a base de galletas
María cuya carroza y comparsa se clasificaron en tercer lugar de
ambas categorías.No faltaron las de denuncia como la del GOB con
«Regenerar platges no es la solució», cuyos componentes exhibieron
frente al palco de autoridades un cartel de «No a la guerra». Uno
de ellos se vistió -es un decir- de payesa complementándose con una
bufanda del Real Mallorca y un cutre rebossillo que aguantaba una
careta de la candidata a la Alcaldía de Palma Catalina Cirer. La de
sa Indioteria denunciaba las antenas, chatarra y desperdicios, y la
de «Top repressió als moviments socials» portada por siete
disfrazados de calaveras.
Amalia Estabén