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Alarmante aumento de las prácticas de riesgo con las prostitutas en Palma

Un estudio de la UIB revela que alrededor de 70.000 hombres mantuvieron al menos un contacto sexual con «profesionales» en Ciutat en 2002

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Unos 70.000 hombres, mayoritariamente residentes en Mallorca pero también turistas, tuvieron como mínimo un contacto sexual con una prostituta en Palma en 2002. Este es uno de los datos más significativos, junto con el del aumento de las prácticas de riesgo, de las conclusiones del estudio «La prostitució femenina a Palma», realizado por el Àrea de Ciències de l'Educació de la Universitat de les Illes Balears (UIB) en colaboración con el Ajuntament de Palma.

Según explicó uno de los redactores del estudio, Luis Ballester, el objetivo del mismo era dar a conocer la realidad social de la prostitución femenina en Ciutat, el tipo y las características de la oferta y su localización territorial.

Ballester recordó que por las dificultades intrínsecas a la realización de un estudio de este tipo resulta muy difícil dar unas cifras concluyentes, pero añadió que sí se puede afirmar que en Mallorca hay entre 2.500 y 3.000 mujeres que se dedican a la prostitución, situándose más de un 90 por cien de ellas en Palma. La media de edad de las prostitutas se sitúa en torno a los 23'6 años.

El número de clientes se situaría, como ya se ha señalado, entre los 70.000 y los 100.000. La causa de este margen de unos 30.000 hombres habría que buscarla en el hecho de que algunos tuvieron en 2002 más de un contacto sexual con una prostituta. El volumen de negocio se sitúa entre los 50 y los 72 millones de euros al año. Las tarifas se hallan entre los 30 y los 120 euros, las más económicas, y los 3.000 euros, las más caras.

El estudio recoge que han cambiado y aumentado las prácticas de riesgo, y con ellas la posibilidad de contraer el sida y otras enfermedades de transmisión sexual. Las páginas de pornografía que se ofrecen a través de internet, el aumento de la oferta y la reducción de los precios, y la relajación en cuanto a la adopción de medidas de prevención contra las ETS han favorecido esta situación, dijo Ballester, quien mostró su preocupación por el hecho de que sean los propios clientes quienes en proporción creciente exijan mantener relaciones sexuales sin preservativo.
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