El conseller de Turisme, Celestí Alomar, se convirtió ayer en el gran protagonista del primer pleno del último periodo de sesiones parlamentario de la legislatura. El PP pidió la dimisión de Alomar por «mentir» en la Cámara en relación a la compra de los edificios de Son Serra de Marina mientras everde Joan Buades denunció que la compra había sido escandalosa.
En concreto, el diputado Francesc Fiol aseguró que Costas informó al Govern el pasado 17 de octubre que dichos apartamentos no podían construirse y, por lo tanto, se encontraban en una situación irregular. El PP contó ayer con el apoyo del diputado verde Joan Buades, quien tachó de «escandalosa» la adquisición por parte del Govern de unos edificios ilegales. Buades acusó a Alomar de «mentiroso».
Según el PP, Alomar conocía a través de Demarcación de Costas que los edificios adquiridos en Son Serra de Marina debían derribarse por parte de la empresa constructora. «El precio que se pagó es muy superior a lo que tenía que haber abonado el Govern», denunció Fiol.
El titular de Turisme rebatió las acusaciones de Fiol y dijo que la cantidad pagada -1'9 millones de euros- estaba avalada por dos informes periciales. «Constatamos que, si bien existía una paralización parcial del proyecto inicial, había otra parte del solar en la que sí se podía edificar», replicó Alomar. El conseller de Turisme también tuvo que contestar a las acusaciones deverde Joan Buades sobre la adquisición de Son Serra de Marina. Buades, partidario de que se abra una comisión de investigación que aclare la compra, lamentó que «el dinero que el conseller se ha gastado tirando el dinero en Son Serra y Ses Salines equivale a todo lo que destina el Govern en la protección de espacios naturales». «Con la ecotasa no se juega», advirtió Buades, quien cuestionó la competencia de los altos cargos de Turisme en la adquisición de los inmuebles.