Sant Antoni fue celebrado en Palma en loor de multitud. Los actos organizados por el Ajuntament y Comercios Sant Miquel con la colaboración de Banca March, BBVA y Passeig d'Artesania fueron refrendados por miles de personas que presenciaron y participaron en el acto central de las Beneïdes. Previo a éstas, se celebró una misa en el templo de Sant Miquel, en la que danzó l'Oferta el grupo Balls i Tonades de Mallorca. El barítono Francisco Bosch participó interpretando Benedictus y Ave María, acompañado al órgano por Andreu Bennàssar.
La asistencia de escolares de infantil y Primaria fue notable en
la calle Palau Reial, Plaça de Cort y Plaça Major. Hubo
representación de las Escolapias, San Alfonso, Baleares
Internacional School, Secar de la Real, San Francisco de Asís
(Antillón), Gaspar Hauser, y Aula Balear que lucieron máscaras
alusivas adimoni.
La cabalgata partió de la explanada de La Seu iniciándola la
Sección Montada de la Policía Local que aportó seis ejemplares, un
pony y la novedad de este año, el carruaje vis a vis, tirado por
cuatro ejemplares de pura raza mallorquina, Xulo, Llamp, Agost e
Icaro que condujo Vicente Alemany.
. Siguieron los Tamborers de la Sala, los 7 dimonis de los Geganters de la Sala con Sant Antoni junto a los xeremiers de Sencelles y Son Roca, y Banda Municipal de Música. A continuación, el Grupo Cinológico de la Guardia Civil con tres perros especialistas: uno, entrenado para detectar explosivos, otro para detectar drogas y otro para la búsqueda de personas. Luego, cerca de 160 jinetes, -entre ellos el rejoneador mallorquín Jaime Rosselló- carretones y cuatro carrozas.
Todos pasaron frente al catafalco situado en en iglesia de Sant
Antoniet donde se situaron las autoridades, encabezadas por el
alcalde de Palma, Joan Fageda y la delegada del Gobierno, Catalina
Cirer. Allí fueron bendecidos por el el rector y vicario de Sant
Miquel, Llorenç Riera y Sebastià Planas.
El magno colofón lo pusieron centenares de particulares que
llevaron a bendecir mayoritariamente, perros, conejos, una
serpiente y dos preciosas cacatúas de Marineland.
Amalia Estabén