Si ayer apuntábamos lo negativo del dato de inflación de 2002 para nuestras Islas, hoy anotamos otro dato preocupante en la economía balear: las previsiones del gasto familiar para 2003. Si bien desde hace siete años nuestra Comunitat ha sido líder en el consumo privado, sin duda a rebufo de unos indicadores económicos muy favorables -alto nivel de empleo y varias campañas turísticas excelentes-, parece que el estancamiento está a la vuelta de la esquina. No será 2003 un año fácil, especialmente si se confirma la posibilidad de una guerra internacional en la que varios países europeos tendrán un papel muy activo y se mantienen los malos resultados económicos de Alemania -con un nivel de desempleo galopante-, todo lo cual repercutirá negativamente en nuestra primera industria: el turismo.
Pero no sólo dependemos del turismo, sino que ahora mismo otras variables están influyendo de forma contundente sobre el comportamiento de las familias de Balears. Los malos resultados de la Bolsa han restado disponibilidad de dinero a muchos ciudadanos que habían depositado ahí sus ahorros con la esperanza de obtener alguna rentabilidad en vista de la caída del precio del dinero.
Y la subida sin precedentes del precio de la vivienda ha provocado a su vez que los baleares seamos quienes más proporción del salario debemos dedicar a la amortización del préstamo, lo que a su vez merma la posibilidad de gastar dinero en otros bienes.
Ya lo dijeron los comerciantes a finales de año, que la campaña navideña había sido floja. Y seguramente seguirán así las cosas, pues los expertos prevén una contención del gasto familiar para todo 2003, a pesar de que otros datos, como el empleo, seguirán dándonos alegrías.