C.AGUSTIN
Francesc Antich presidió ayer en el Consolat de la Mar el primer
acto oficial de Balears y la república de la Federación Rusa de
Carelia, como regiones europeas del año 2003. Durante el mismo,
Antich destacó que «desde el primer momento hemos considerado la
nominación de Balears como Región Europea del año 2003. Es una
buena oportunidad para dar a conocer nuestra personalidad
histórica, cultural y lingüística». Francesc Antich no hizo
declaraciones sobre la polémica suscitada por las declaraciones de
Carlos Ripoll, eurodiputado popular que denunció la falta de apoyo
del Parlamento Europeo a esta concesión.
A lo largo de su intervención el president destacó «la necesidad de construir Europa desde la diversidad». Hace tiempo que «Europa ha dejado de ser un terreno limitado a los gobiernos de los estados, también hay una Europa de las regiones», afirmó.
De la realidad de la UE Antich aseguró que «Europa no será una realidad plenamente vivida o sentida mientras la ciudadanía, los municipios y las regiones no tengan un papel más importante, más participativo». Chustov Lev Yurievich, viceministro de Desarrollo Económico y jefe de la delegación de Carelia, presidió junto con Antich y Xavier Tudela, organizador de la designación de Región Europea, la celebración. A lo largo de su intervención, Yurievich defendió la importancia de las regiones para una construcción equitativa de Europa, tal es así que a lo largo de su comparecencia ante los medios declaró que «de Rusia no quiero ni oír hablar». La república de Carelia quiere beneficiarse de la oportunidad que esta designación le brinda: «Tenemos que aprender mucho de Balears, una región con gran experiencia en la industria turística».
Yurievich destacó la necesidad que tiene su república de darse a conocer: «Esta es una magnífica ocasión para promocionarnos en Mallorca y en otras partes de Europa». Tras la designación de Región Europea 2003 hay una vocación institucional que se vio afirmada en el manifiesto leído ayer en el Consolat de la Mar. En éste se asume como propia la declaración sobre el regionalismo aprobada en Basilea, el año 1996, por la Asamblea de Regiones de Europa, y se piden más competencias y mayor participación para éstas. En el manifiesto se valora de manera muy positiva el trabajo que desarrolla la Cámara de Poderes Regionales del Consejo de Europa, como un factor de integración europea.