Aunque para muchos la Navidad ha perdido por completo su tradicional espíritu y se resume en un par de pantagruélicas comidas familiares y un montón de gastos extraordinarios en regalos de compromiso, la mayoría sigue teniendo muy presente el hecho de que lo que estamos recordando en estas fechas es el nacimiento de Cristo. Por eso, las referencias religiosas son parte importante en estas celebraciones que, por otra parte, se han visto muy influenciadas en los últimos años por los iconos de otras culturas ajenas a la nuestra.
La clásica representación viviente del Belén se convierte así en todo un acontecimiento social que atrae al público de todas las edades. Como parte del programa que promueve el Ajuntament de Palma para animar las calles en estas fechas, el Belén se instaló ayer en la Plaça Major llamando la atención de niños y grandes. Y no es de extrañar porque el vestuario y la actitud de los actores resultaban de lo más llamativo. Eso y que los Reyes Magos estuvieran ya en Palma por adelantado.
R.D.