Hola. Me llamo Aichetu, tengo nueve años y soy saharaui. Vivo en Palma, en un casa muy grande y bonita, con mucho jardín, una perra, Nuria, y una gata. La casa es de Miquela y Xavier, que tienen dos hijos, Mari Pau, de 16 años, y Joan, de 14, con los que comparto todo, la casa, los abuelos, los amigos, las discusiones, las alegrías, y por supuesto, los padres. A Mari Pau y Joan les ha costado un poco aceptar todo eso, pero ahora ya me tratan como si fuera su hermana pequeña y me gusta. Me quieren mucho y me encanta jugar con ellos. A Miquela y Xavier les quiero un montón, porque me tratan como si fuera su hija, aunque yo se que no lo soy, pero como si lo fuera.
Ellos dicen que me he adaptado muy bien a la vida de aquí, a las normas, a la comida, a mis hermanos, a todo. Xavier dice que soy una superviviente, una niña muy fuerte, porque soy consciente de lo que hago aquí, de porqué estoy aquí. Él está asombrado de mi capacidad de adaptación y de aprendizaje. La verdad es que Miquela y Xavier son maravillosos, aunque creo que han sido Mari Pau y Joan los que han tenido que hacer el esfuerzo más grande para aceptarme. Sin ellos a mi lado yo no estaría tan contenta.
Gracias a esta familia, mi familia, aprendo muchas cosas y así tendré un futuro mejor, porque en mi casa de verdad, donde están mis padres y hermanos, las cosas no son fáciles. Mi casa está en un campamento de refugiados, en Tindouf, en medio de un trozo de desierto que nos ha cedido Argelia. Mis padres, cuando eran pequeños huyeron de los ataques del ejército enemigo, que venía de Marruecos enviado para apropiarse de sus tierras. De esto hace 27 años. En mi casa yo no quiero hablar de esto, porque cuando lo hago mi mamá llora y no me gusta. Ella se llama Zeinabu.
Allí hace siempre mucho viento y las temperaturas llegan a los 50 grados a la sombra. Nos faltan muchas cosas y vivimos de la ayuda de los demás. Pero a mi me gusta, es mi casa, están mis padres y ya tengo ganas de verlos. No hay noche que no les de un beso en sus fotos antes de dormirme. Sé que ellos están contentos y orgullosos de que yo esté aquí. Miquela me despierta cada mañana a las siete y después de desayunar nos vamos al cole, que se llama el C.P. de Sant Jordi. Hago tercer curso de Primaria y lo que más me gusta es el catalán, lo entiendo todo y creo que lo hablo más o menos bien.