J.J.S./EFE
Las explotaciones agrícolas y ganaderas de Balears han disminuido
su número un 31'32 por ciento en el período 1989-1999, pasando de
28.810 a 19.788, pero éstas ocupan de media una mayor superficie,
están más modernizadas y capitalizadas, generan prácticamente el
mismo trabajo y son más rentables. Así lo aseguró ayer en rueda de
prensa el conseller d'Agricultura, Mateu Morro, quien, acompañado
de su homólogo de Economia, Pere Sampol, y del director general de
este departamento, Antoni Montserrat, presentó el censo agrario
correspondiente a 1999, elaborado por el Institut Balear
d'Estadística.
Si entre los dos últimos censos agrarios se ha reducido prácticamente un tercio el número de explotaciones, las tierras labradas han disminuido un 5'5 por ciento. Para Mateu Morro, «esta evolución se corresponde a la registrada a nivel general en Europa. Hay menos explotaciones, pero han mejorado sus condiciones y ha aumentado la media de su superficie en un 42 por ciento hasta alcanzar en 1999 las 5'6 hectáreas de extensión, y un 46 por ciento la superficie útil por explotación, situándose en las 3'57 hectáreas por unidad».
Ello se ha traducido en un descenso del 2'44 por ciento en la superficie total que ocupan estas explotaciones (374.826 hectáreas en 1999) y de un 5'47 por ciento en las tierras cultivadas (199.808 hectáreas), y en un ligero aumento (un 0'7 por ciento) de la superficie agraria utilizada (SAU), un total 222.118 hectáreas. El conseller Morro desmintió la idea de que el trabajo que generan estas explotaciones ha bajado durante la última década, al remitirse a los datos que indican que la unidad de trabajo al año (UTA) por explotación, situada en 0'67 en 1999, se ha mantenido «prácticamente idéntica» en este intervalo.