RUIZ COLLADO. Enviado especial a Luxor.
El grupo turístico TUI ha registrado este año un descenso del 21%
de sus ventas a las Islas, siendo Mallorca el «perdedor de este
verano 2002 como destino turístico», según anunció ayer en la
presentación del folleto de verano 2003 el presidente de
TUI-Alemania, Volker Böttcher. Esta situación también se ha
extrapolado al grupo Thomas Cook, cuyo touroperador, Neckerman, ha
superado la caída de ventas de TUI, sumando en su conjunto ambos
grupos turísticos un descenso superior a 600.000 turistas alemanes
menos durante este año a las Islas.
Esta situación ha repercutido en su volumen de negocio, viéndose alterado a la baja de forma considerable, un 8'4% en el caso del grupo TUI, y provocando una caída de ingresos superior a los 400 millones de euros. Thomas Cook casi va a duplicar esta cifra en el ejercicio 2002, de ahí todas las reestructuraciones internas que se están produciendo en estos momentos para mejorar resultados en 2003. Böttcher, respecto al próximo verano, explicó que «por vez primera en los últimos años se ha negociado la temporada de verano con rebaja de precios, que ha alcanzado el 1'4%.
Sin embargo, hay que hacer un gran esfuerzo a nivel promocional e institucional para mejorar la imagen de las Islas y poder iniciar un proceso de normalización. La caída este año del 21% en Mallorca y resto de Islas es sin duda consecuencia de los altos precios con relación a otros destinos vacacionales y una política informativa inapropiada por parte del Govern. Lo que pueda pasar el próximo verano dependerá de la evolución del mercado y el nivel de venta de reservas. Si los países del Mediterráneo oriental tienen más demanda habrá que echar mano de las ofertas, lo cual implicará una renegociación con los hoteleros».
Böttcher apuntó que, para evitar esto, «debería sacarse un folleto de cara a febrero y dependiendo del mercado sacar otro de cara a junio, lo cual implicaría reestructuraciones de precio y condiciones con los hoteleros, tanto a la baja como al alza». Comentó que espera que la situación del mercado alemán en Mallorca se normalice en dos o tres años, «pero ello requiere un esfuerzo de todas las partes para no cometer torpezas».