Jordi Vives Piuggros, jefe del servicio de Inmunología del Hospital Clínico de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Inmunología, impartió ayer una conferencia en la Fundació Banc de Sang i Teixits de Palma sobre el «Ciclo celular, inmunosupresión y autoinmunidad». A lo largo de su exposición, Vives se refirió a la evolución en las técnicas de trasplante, a las fórmulas aplicadas para mejorar la compatibilidad don y donante y a un futuro que pasa por la creación de órganos in vitro para después trasplantarlos.
«Al principio se consideraba el trasplante como algo extraño que presentaba muchas dificultades porque la tendencia del organismo receptor era rechazar el trasplante. Después, se buscaron fórmulas para mejorar la compatibilidad y fármacos para que fuera mejor tolerado el órgano trasplantado. Ahora, los trasplantes son un instrumento terapéutico de rutina», afirma Vives. La supervivencia de los órganos trasplantados supera los 20 años de vida. Sin embargo, existen problemas derivados de «una falta notoria de órganos y una alta demanda. La investigación se centra en combatir los efectos secundarios de los fármacos inmunosupresores».
El futuro se presenta esperanzador, aunque no pasará por el trasplante de órganos de origen animal, «de dudosa aplicación debido a que el hombre pertenece a una especie diferente y puede contraer infecciones propias del animal, por lo que sería preciso fuertes medidas inmusupresoras». El trabajo de los investigadores se centra en busca la fórmula de trasplantar y no depender después de ningún medicamento. Así mismo, «no es descartable en 20 ó 30 años crear órganos in vitro a partir de células madre y después trasplantarlos en una operación más sencilla y menos costosa».